Un total de 19 menores participaron del encuentro organizado por personas de la Compañía.

Niños y niñas, juegos, actividades de activación y de reconocimiento de emociones. Así se vivió una nueva jornada de voluntariado con 19 menores de María Elena en la Escuela Arturo Pérez Canto D-33 el pasado miércoles 26 de abril.

Trabajadores y trabajadoras de la Compañía, integrantes del equipo motor del Programa de Voluntariado de Antucoya, llevaron al establecimiento “El universo que vive en mí”, la segunda actividad organizada por ellos junto con la Fundación Inkietas. Esta iniciativa forma parte del programa Kaleidoscopia, que tiene por objetivo aportar en el desarrollo de niños y niñas, generando espacios propicios para la observación de distintos elementos constitutivos de la vida de las personas.

Montserrat Pineda, ingeniera senior Analítica de Datos, y una de las organizadoras de la actividad, comentó que realizaron distintos juegos para trabajar las dinámicas de cómo se relacionan de los escolares y considerando las edades de los pequeños. “Le entregamos herramientas para que identificaran algunas de sus emociones. Hicimos actividades que a mí me hubiese encantado realizar cuando era niña”.

Los voluntarios valoraron de manera positiva el encuentro. Yael Hernández, ingeniera de Mejora Continua, destacó el significado que tuvo la actividad. “Fue súper bonita, porque logramos entregarles otra mirada de su realidad, del día a día”.

Nelson Madrid, director de la escuela Arturo Pérez Canto D-33, también valoró la instancia y mencionó que cumplió con todas las expectativas propuestas al integrar a estudiantes de distintos cursos bajo un objetivo común. “Saber que es una iniciativa desarrollada por el voluntariado de trabajadores de Antucoya, le da más significación a lo realizado, puesto que marca un claro compromiso de los trabajadores con el desarrollo social de las comunidades”.