La gerenta de SSO repasó las acciones y aprendizajes adquiridos durante el año pasado y anticipó los desafíos para 2025.


Actualizaciones sobre estrategias de control, cuidado mutuo y mucho terreno, junto a trabajadores propios y de empresas colaboradoras, son algunos de los ejes que guiarán el trabajo de Seguridad y Salud Operacional el año que comienza. Así lo indicó la gerente del área, Julissa Bernal, quien hizo un balance del período anterior, detallando un proceso de análisis de incidentes, liderazgo y trabajo en equipo que ayudó a detener la accidentabilidad y a guiar nuevas tareas de prevención.
¿Qué balance podría hacer del año 2024 en términos de seguridad?
El año pasado tuvimos nueve accidentes con tiempo perdido, terminado con un Índice de Frecuencia de 1.42, lo cual está fuera de los KPI establecidos En cuanto a los accidentes de alto potencial, nuestro foco siempre va a ser cero. Sin embargo, mantuvimos los resultados de 2023, con un accidente de alto potencial en julio de 2024, en un proceso que pensábamos que estaba controlado, pero cuando comenzamos a buscar las causas nos dimos cuenta de que teníamos que desafiar aún más nuestros controles y medidas. Fue un gran aprendizaje tras un evento que no tuvo lesionados
Además de todo el trabajo para reforzar la cultura de seguridad, algo muy relevante fue que comenzamos a hacer investigaciones de los cuasi accidentes de alto potencial, sin lesión o daño material, lo que nos llevó a encontrar las causas de estos eventos.
¿Qué pudieron dilucidar a raíz de las investigaciones?
Nos dimos cuenta de que teníamos que fortalecer la capacitación del personal, el liderazgo visible y en terreno de la supervisión y el Comité Ejecutivo, así como nuestra forma de relacionamiento con los colaboradores. Y eso también fue apalancado con la reportabilidad de hallazgos en terreno y su seguimiento. Como balance general, avanzamos en 2024 en disciplina, pero es este año donde tenemos que crecer fuertemente.
Las causas generales de los accidentes obedecen a la falta de una correcta planificación del trabajo, y una mala evaluación de los riesgos del entorno con actividades que son rutinarias no críticas. Ninguno de los accidentes con tiempo perdido fue de alto potencial. Fueron actividades realizadas antes de empezar a trabajar, después del trabajo, entre otras. Es algo que tiene que ver con la percepción de los peligros y la evaluación del riesgo, las actividades no rutinarias y la disciplina. La disciplina operacional es algo que nos falta y es parte de los desafíos de este año.
¿Dónde se concentraron los eventos y qué rol tienen en las empresas colaboradoras?
La relación de empresas colaboradoras versus personal propio es aproximadamente de dos a uno, así que, obviamente, tenemos más exposición de trabajadores de empresas colaboradoras que propios. De los eventos con tiempo perdido en 2024 dos fueron propios, el resto son de empresas colaboradoras.
El último accidente con tiempo perdido fue el 1 de septiembre con Komatsu y, a partir de esa fecha, empezamos a hacer una campaña fuerte. Nuestro Gerente General citó una reunión con las empresas colaboradoras, comprometiendo a los gerentes generales para movilizar a los equipos, marcando un punto de inicio en que no tuvimos más eventos con tiempo perdido hacia fin de año.
¿Cómo lograron congelar las cifras de accidentabilidad a partir de entonces?
Nos dimos cuenta de que la información no tenía un “cascadeo” hacia los que realizan cada tarea. Con el compromiso de los gerentes generales y de los trabajadores hicimos una campaña casi “puerta a puerta” y empezamos a trabajar en un programa llamado Atento Socio Preventivo, sobre cuidado mutuo. Hasta ese entonces teníamos el Programa de Liderazgo Visible y el Programa el Liderazgo de Supervisores, pero nos faltaba una labor más directa con los trabajadores, y eso nos ayudó a fortalecer la relación con los equipos en terreno.
En base a los aprendizajes comentados, ¿cómo se viene el año 2025?
Tenemos una campaña sobre disciplina operacional que lanzamos en diciembre y que nos va a acompañar toda la época estival hasta abril. Estamos trabajando con seis empresas contratistas, cada mes con un eslogan distinto.
Además, tenemos un programa bien interesante que se está haciendo a nivel de gerentes y superintendentes sobre la gestión de controles críticos. Y con los trabajadores, estamos trabajando con la Gerencia de Personas y Organización en un programa de capacitación para reforzar temas en Seguridad y Salud Ocupacional.
¿Qué le gustaría decirle a cada persona que trabaja en Antucoya?
Necesitamos volver a retomar el compromiso de hacer las cosas bien, con disciplina, para así estar haciendo seguridad sin hablar de seguridad. El involucramiento es clave para tener un 2025 exitoso, sin accidentes graves o fatales y con una producción ordenada. Cuando hay malos resultados en operaciones, está comprobado que hay malos resultados en seguridad. Por eso, antes que haya una pérdida, tenemos que parar, pensar, evaluar y tomar las medidas que corresponden. Todos los trabajos deben tener su evaluación de riesgo y las medidas de control definidas y bien implementadas para que juntos logremos un resultado de excelencia.

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