Tu Huella, mi huella: conectar desde el terreno

Gabriela Ruiz-Esquide, superintendenta de Servicios a las Personas, acompañó a Claudio Gómez, operador de producción, en su trabajo diario para conocer de cerca su labor y sus desafíos.

En Minera Antucoya la excelencia se construye no sólo desde los resultados, sino también desde las relaciones humanas. Por eso, se realiza ¡EPA!: Empatía Productiva Antucoya. Una experiencia que refleja el espíritu de la Compañía a través de conocer en terreno el trabajo de un compañero o compañera de trabajo.

El martes 11 de noviembre, Gabriela Ruiz-Esquide, superintendenta de Servicios a las Personas, y Claudio Gómez Barrera, operador de producción, decidieron vivir esta experiencia.

Gabriela, quien cumple dos años liderando los servicios que acompañan la vida en el campamento -hotelería, alimentación, transporte y más- se preparó. Armó su mochila en su oficina ubicada en el edificio H y comenzó su camino para encontrarse con Claudio, quien lleva casi cuatro años en la Compañía y que hoy opera un aljibe: un rol clave para la seguridad y el control de polución en la mina.

Encuentro con sentido 

La superintendenta de Servicios a las Personas llegó al Barrio Cívico. Ahí se encontró con Claudio para entender cómo realiza su trabajo diario, cómo se siente en la compañía y simplemente, conocerlo.

“La mayoría no sabe lo que hacemos. Poder mostrarlo me alegra, porque así se entiende  mejor lo que realizamos entre todos y todas”, dijo el operador de producción.

Para Gabriela, el aprendizaje fue tanto técnico como humano. “Conocer su historia, sus expectativas y sus desafíos generó una conexión profunda. Me voy muy contenta y también llena de desafíos. Este ejercicio nos recuerda que en Antucoya somos una familia”, comentó.               

En tanto, Claudio destacó la responsabilidad individual como un pilar para el cuidado propio y mutuo. “La seguridad comienza por uno. Si algo no se ve bien, levantamos la mano. Aquí nos cuidamos entre todos y todas: mantenemos distancia, respetamos protocolos de radio y seguimos el paso a paso para trabajar de manera segura”.

Durante la jornada también revisaron mejoras en la ARTP, reflejando cómo el intercambio abre oportunidades concretas para fortalecer procesos y comunicación. “Realizamos el relleno de agua faltante del camión y luego nos trasladamos a la pala 1 para regar la cancha de regadío y reducir la polución. Posteriormente, subimos por la rampa hacia la pala 1 y fuimos a vaciar el camión de agua”, comentó Claudio.

Un cierre que deja huella           

Al finalizar, Gabriela calificó esta vivencia como una de las más significativas de su trayectoria. “En la vorágine del día, pocas veces nos detenemos a conectar así. Esta experiencia me marcó y espero que también haya sido valiosa para Claudio. Ahora, cuando él tenga una duda, ya no verá un área o una estructura: verá a las personas que la conforman”.

Por su parte, Claudio valoró la cercanía y la oportunidad de conocer más a Gabriela. “Bonita experiencia. Compartir, conversar, mostrar lo que hacemos. Todo eso nos une”, concluyó.

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