Dos jornadas definieron acciones inmediatas, liderazgo en terreno y un estándar único.


Con foco en volver a lo esencial, Minera Antucoya realizó dos sesiones de reflexión en seguridad para operadores y supervisores. La decisión respondió a identificar desviaciones subestándares en terreno y el primer accidente de alto potencial tras 14 meses sin eventos de ese tipo. El objetivo fue pausar la operación para revisar con honestidad los desvíos y direccionar un cambio cultural sostenido.
Las jornadas se realizaron el 24 de septiembre en Canchas Antucoya para la operación y el 25 de septiembre en el salón Chacabuco para la supervisión. Asistieron más de 200 personas entre operadores, mantenedores, supervisores, jefaturas y ejecutivos.
Werner Lange, superintendente de Gestión y Programación de Operaciones, enfatizó la responsabilidad compartida. “La seguridad la construye cada persona, desde la planificación hasta la ejecución y la mejora. Esta detención apunta a un cambio cultural real, no a una campaña puntual, para volver al estándar sin atajos y cortar la escalada de riesgos”, afirmó.
Alineamiento operativo
La jornada convocó a ejecutivos, jefaturas y equipos en terreno para alinear criterios en planificación, autocuidado, gestión de fatiga y disciplina operacional. El foco se enmarcó en un punto crítico: la eficiencia aparente de los atajos. Atilio Paredes, analista químico, lo sintetizó: “En tareas repetitivas, los atajos tientan. Ante la duda, tenemos que detener la tarea. Un microsueño al volante, por ejemplo, puede ser fatal.”
El intercambio entre áreas sumó aprendizajes cruzados y compromiso de acción inmediata. Stefany Cortés, ingeniera senior de Área Húmeda, valoró la instancia. “Cuando un indicador se sale de control, corresponde realizar un quiebre con todas las áreas mirando lo mismo: la seguridad. Esto nos permite salir con un ‘qué hacemos distinto’ desde hoy y para siempre”.El plan prioriza un estándar único, trazabilidad de aprendizajes y liderazgo visible en terreno, con conversaciones periódicas entre jefaturas, equipos y empresas colaboradoras. Todo ello para robustecer la reportabilidad de acciones, cerrar brechas con plazos definidos y blindar la disciplina operacional sin atajos.






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