La iniciativa de la mesa de Seguridad y Sustentabilidad de Antucoya 2.0, está cada vez más cerca de la meta: reemplazar el uso de respiradores por mascarillas más livianas.


En un esfuerzo por establecer un nuevo estándar en seguridad ocupacional, Minera Antucoya avanza en el desarrollo de ‘Neblina Zero’, un proyecto que busca minimizar las emisiones de neblina ácida en la nave de electroobtención. La meta es alcanzar niveles que permitan reemplazar los protectores respiratorios pesados por mascarillas más livianas, mejorando así la comodidad y el bienestar de los trabajadores.
La estrategia, liderada desde la mesa de trabajo Seguridad y Sustentabilidad Antucoya 2.0 por Rodrigo Rodríguez, ingeniero senior del Área Húmeda, apunta a reducir significativamente la exposición de las personas a este contaminante. “Ha sido un proceso de mucho aprendizaje. Originalmente no existía información clara sobre el comportamiento de la neblina en la nave. Tuvimos que desarrollar un modelo desde cero”, explicó.
¿Qué es la neblina ácida?
Durante el proceso de electroobtención, el depósito de cobre sobre las placas de acero produce burbujas de oxígeno, las que, al llegar a la superficie del líquido, explotan liberando gotas de electrolito con contenido de ácido, que pueden representar un riesgo para las personas y daños en infraestructura. Estas gotas en suspensión puede provocar irritación en la piel y vías respiratorias, además de enfermedades crónicas. Por ello, su concentración está regulada por el D.S. N°594, que establece un límite máximo permisible de 0,36 mg/m³.
Dalton Pérez, higienista ocupacional de Safe and Health, lidera el monitoreo mediante bombas gravimétricas, equipos que recolectan partículas del aire para su análisis en laboratorio. “Estamos avanzando hacia una minería más segura y responsable, con tecnología que permite controlar en tiempo real las emisiones”, afirmó.
Impacto en las personas
Las mediciones han registrado una exposición de 0,34 mg/m³, por debajo del límite normativo. La meta es alcanzar niveles inferiores a 0,18 mg/m³, lo que permitiría reemplazar los protectores respiratorios por mascarillas más livianas. Para Adolfo Bravo, operador líder Área Húmeda, el impacto es claro. “Al bajar la neblina, nuestros EPPs logran tener una mayor eficiencia y vida útil, y los equipos como el puente grúa se ven menos afectados por la corrosión”, comentó.
Con una visión preventiva y colaborativa, Antucoya se posiciona como la única operación de Antofagasta Minerals que está desafiando el estándar actual en el control de neblina ácida. “Estamos convencidos de que es posible producir de forma segura, eficiente y sostenible”, concluyó Rodrigo Rodríguez.




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