El fenómeno natural afectaba el funcionamiento de las señales satelitales, lo que provocaba problemas en la continuidad operacional.


Centelleo ionosférico. Ese es el nombre que reciben las fluctuaciones rápidas y aleatorias de la intensidad de las señales que se producen debido a las tormentas solares. Esto puede causar una interferencia y degradación en las comunicaciones y navegaciones, sobre todo en los GPS y en los equipos como la rotopala. Por esto, el área de Ripios junto a Excelencia Operacional buscó una solución: la instalación de un nuevo sistema de geolocalización.
«La señal se veía afectada y entregaba datos erróneos en lo que es altura y ángulo de operación, eso no nos dejaba actuar porque el equipo fallaba y quedábamos detenidos», explicó Pedro Pastén, operador Apilador.
Ahorro de 25 horas
La rotopala funciona por medio de un sistema GPS. Por lo tanto, este proceso se veía afectado cada vez que ocurría una tormenta solar, lo que dejaba fuera de operación al equipo durante períodos cortos de tiempo y afectaba la continuidad operacional. Para revertir esta situación, la Compañía se apoyó en la empresa Geocom y, como parte del proyecto Antucoya 2.0, buscaron una solución.
“Se hicieron todas las pruebas y cambiamos el sistema de GPS por un nuevo software. Eso nos ayudó a tener una disminución de las detenciones por centelleo”, comentó Luis Césped, ingeniero especialista Ripios.
Además, destacó que desde la instalación del nuevo equipo de geolocalización en enero de este año, se han evitado 25 horas de paralización en la rotopala. “No sufrimos esa detención producto de la solución que se incorporó”, precisó.
Lo anterior, es clave para cumplir con el objetivo de procesar 35 millones de toneladas y para aumentar la confiabilidad a un 95%, lo que permitirá un ahorro de 94 horas de detención que se proyectaban para 2024 debido a los problemas de señal del antiguo GPS.




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