El proyecto que nació para lograr la máxima capacidad de diseño de la planta, habilitar la sostenibilidad del negocio, apoyar su crecimiento y asegurar su competitividad, se materializó gracias al compromiso y perseverancia de las personas.

Si bien el desafío comenzó antes, la meta se estableció oficialmente 2020: lograr 32 millones de toneladas procesadas en chancado y apilamiento. Para esto, un equipo multidisciplinario y de diferentes áreas de la Compañía, se propuso como principal objetivo lograr esta misión. Pero no de cualquier forma y a cualquier costo, siempre con foco en la seguridad.

“32M nació como un proyecto para lograr nuestra capacidad de diseño tanto en chancado como ripios, habilitar la sostenibilidad en el tiempo de Minera Antucoya, apoyar su crecimiento y asegurar su competitividad. Pero, sin duda, lo más relevante es que se trató de un cambio cultural”, aseguró Leonardo González, Gerente General de la Compañía.

Y para esto, Minera Antucoya utilizó la metodología LEAN, la que permitió poner énfasis no sólo en llegar a la meta, sino también en la forma utilizada para alcanzarla, “basada en un trabajo colaborativo entre las diferentes áreas para buscar un resultado seguro y sostenible. Y en este proceso, ustedes, los trabajadores y trabajadoras de la Compañía, han sido los protagonistas”, agregó el ejecutivo.

No fue una tarea fácil, pero el 26 de diciembre de este año se logró el objetivo: procesar 32 millones de toneladas. “No es un trabajo de hoy, es un trabajo que se ha ido gestando desde hace un par de años”, expresó el superintendente de área Seca, Rubén Macaya. Además, añadió que los factores claves fueron “la estandarización de los procesos, el mejoramiento continuo y el reforzamiento del equipo, con cargos estratégicos que recogieron las inquietudes y las oportunidades de mejora propuestas por los operadores”.

El ingeniero senior de Mantenimiento, Apilamiento y Ripios, Ricardo Videla, recordó que, en cada foro, como tarea, tenían que revisar y traer evaluadas las principales detenciones que restaban continuidad en la operación de ripios. “Cruzábamos información para saber si existía alguna oportunidad y siempre se identificaba algo. La participación del equipo estuvo centrada en detectar aquellos cuellos de botella que nos impedían avanzar y darle una solución sostenible”.  

Por su parte, Axel Valencia, ingeniero senior de Área Seca, lo calificó como un “proceso de aprendizaje. Adoptamos herramientas nuevas que nos permitieron medir objetivamente, además de identificar brechas en la performance de los distintos indicadores de seguridad, calidad y producción de la Planta”. Asimismo, dijo que “poco a poco hemos ido rompiendo paradigmas y cumpliendo hitos, quizás no tan visibles para el resto de la organización, pero que a nosotros nos motivan a seguir por esa vía, perfeccionándonos hacia los resultados que hoy cosechamos”.

Este camino de mejora continua comenzó con las mesas 32M en 2020 partiendo por el área de ripios, junto a chancado y mina. Así lo explicó la ingeniera senior de Control y Conciliación, Solange Rojas: “Estas instancias nos permitieron aplicar la metodología LEAN, desarrollando estándares de trabajo, potenciando la gestión visual de los procesos, analizando brechas y determinando las causas raíz”.

Por su parte, el ingeniero senior de Mantenimiento – Chancado, Enrique Pino, destacó el liderazgo de los supervisores y “el compromiso de nuestros técnicos, quienes toman un papel protagónico en este desafío planteado en 2020”.

La innovación como aliado estratégico

Una de las innovaciones que permitió mejorar la eficiencia de la planta y aportó a estos resultados, fue la disminución del tiempo en el giro del puente apilador. Esta tarea operativa se realiza cada 45 días y tiene una duración cercana a las 12 horas. Luego de la implementación que permitió la mecanización del movimiento del cable que antes se hacía manualmente, se redujo el tiempo alrededor de un 30%.

“La estandarización del aseo para entrega de la planta también aportó a la rebaja de horas, lo que permitió un aumento del tiempo operativo”, comentó Rubén Macaya. También destacó iniciativas como la mejora en la gestión del contrato de aseo industrial incluyendo el uso de equipos operados en forma remota y la implementación de la operación en modo control avanzado.

“Desde el mantenimiento de la planta, durante los últimos dos años, hemos estado cumpliendo nuestras metas de disponibilidad y confiabilidad, logrando en 2022 estar 2,3 puntos sobre el presupuesto en chancado y apilamiento. Esto se traduce en que aportamos con 200 horas de operación adicionales al presupuesto de este año. Este logro fue clave para aportar a nuestra meta de los 32M”, destacó Alejandro Rojas, superintendente de Servicios Soporte a la Operación, quien participó en el proyecto como superintendente de Mantenimiento Planta. Otro de los factores clave fue el trabajo en equipo y muy colaborativo, así lo explicó el operador planta, Gustavo Calvo, quien resaltó que “gracias al apoyo de los colegas de Mantenimiento, con la reducción de los tiempos de conexión del cable de tensión, más el aporte operacional y una mayor coordinación, logramos reducir los tiempos para aportar al objetivo de llegar a los 32 millones de toneladas, que era nuestra meta y eso es un gran orgullo para todos y todas”.